miércoles, 14 de noviembre de 2018

PROTECCIÓN DE LA INTEGRIDAD DE LA INFORMACIÓN PERSONAL



La seguridad de la información es el conjunto de medidas preventivas y reactivas de​ las organizaciones y de los sistemas tecnológicos que permiten resguardar y proteger la información buscando mantener la confidencialidad, la disponibilidad e integridad de datos y de la misma.
El concepto de seguridad de la información no debe ser confundido con el de seguridad informática, ya que este último sólo se encarga de la seguridad en el medio informático, pero la información puede encontrarse en diferentes medios o formas, y no solo en medios informáticos.
Para el hombre como individuo, la seguridad de la información tiene un efecto significativo respecto a su privacidad, la que puede cobrar distintas dimensiones dependiendo de la cultura del mismo.
El campo de la seguridad de la información ha crecido y evolucionado considerablemente a partir de la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en una carrera acreditada a nivel mundial. Este campo ofrece muchas áreas de especialización, incluidos la auditoría de sistemas de información, planificación de la continuidad del negocio, ciencia forense digital y administración de sistemas de gestión de seguridad, entre otros.
Algunos consejos de seguridad para usuarios digitales son:
1.    Cambiar las contraseñas de manera periódica y no usar la misma en más de un lugar. Deben tener una cierta longitud (más de 8 caracteres) y contener información alfanumérica (dígitos, letras y caracteres especiales). Hay que evitar basarse en información personal (DNI, nombres de amigos, conocidos, familiares, mascotas, etc.) o utilizar patrones muy sencillos (12345).
2.    Realizar las compras en línea a proveedores con prestigio social consultando experiencias de clientes anteriores.
  1. Evitar abrir correos electrónicos que no van a nuestra atención, especialmente si incorporan adjuntos, y huir de todos aquellos que aunque van dirigidos directamente a nosotros nos redireccionan a páginas para corregir nuestros datos personales o de servicios diversos —especialmente los bancarios o administrativos.
     
4.    En los móviles está nuestra vida entera (comunicaciones sociales, contraseñas, acceso bancario o a servicios, entre otros). Hay que proteger bien, con palabras de paso o patrones, el acceso indebido a esta información. 
5.    En el acceso a redes, especialmente de líneas Wi-Fi abiertas o compartidas, hay que minimizar o evitar todo uso de servicios que conlleven la identificación personal o el acceso a información personal
6.    Proteger las redes de casa. Los routers ADSL + Wi-Fi modernos son compatibles con diferentes niveles de seguridad: es recomendable cambiar las contraseñas por defecto del aparato y de sus servicios, y elevar el nivel de seguridad Wi-Fi (a protocolos WPA o WPA2, por ejemplo). En caso de incidencias o bajadas de rendimiento inexplicables, hay que controlar los dispositivos conectados a nuestra red para detectar intrusiones, así como cambiar las contraseñas y elevar los niveles de seguridad.
7.    Vigilar también la seguridad en aparatos que se han incorporado últimamente a internet: televisores, videoconsolas, aparatos de reproducción en tiempo real (streaming) de vídeo o audio. En ese caso, hay que consultar a los fabricantes y realizar las actualizaciones necesarias.
8.    Actualizar el software básico del ordenador, el teléfono móvil o la tableta, disponer de las últimas versiones de las actualizaciones del sistema operativo y paquetes tipo Office y de software de uso general como navegadores y sus complementos (plugins), lectores de archivos en formato PDF (por ejemplo, Acrobat), Java. En general, todos los programas que sean de un uso habitual, aunque sea indirecto y no seamos tan conscientes de ello (lectores de archivos PDF, Java, Flash Player, etc.), deben de estar actualizados.
9.    Deshabilitar los complementos no deseados de los navegadores.
10. Para favorecer la navegación y las búsquedas privadas se aconseja, entre otros: 1) activar los modos privados de los navegadores; 2) pedir a los buscadores principales (Google y similares) que borren nuestros datos (en Google se puede hacer mediante el panel de control); 3) avisar a las páginas visitadas de que no queremos ser rastreados (los navegadores incluyen opciones Do not track); 4) borrar y controlar el uso de las galletas en el navegador para que no se recuerden nuestras visitas ni nuestra actividad en los sitios web que hemos visitado.


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